Era extraño saber lo que esa coqueta sonrisa escondía cuando la luz dejaba de apuntarle como un reflector.
Cada mañana aquella linda chica de rizos castaños, abría los ojos con la ilusión de sentir, de enamorarse, de dejar de aparentar estar bien, cuando muy en el fonda sabe que no puede soportar el llanto.
Cubrís un dolor latente de lindas frases, de sonoros besos y de abrazos espontáneos que la ayudaban a levantarse cuando creía flaquear.
Todo el tiempo se trataba solo de fingir.
Ya había sido tanto tiempo de intentar estar bien y de improvisar sobre lo que realmente pasaba que, sólo hacia falta VER esos ojos avellana llenarse de lágrimas para saber que algo no andaba del todo bien.
Ocultarlo nunca había sido lo correcto pero apesar de eso, decir la verdad solo empeoraría las cosas.
Una parte de verdad mezclada con mentiras más de 100 veces repetidas, asomaban de su boca cuando explicaba algo de su pasado.
No confiaba, ya no.
De aquella persona en quien pondría toda su vida sólo se obtuvo un gesto de burla y un ádios.
Cada mañana aquella linda chica de rizos castaños, abría los ojos con la ilusión de sentir, de enamorarse, de dejar de aparentar estar bien, cuando muy en el fonda sabe que no puede soportar el llanto.
Cubrís un dolor latente de lindas frases, de sonoros besos y de abrazos espontáneos que la ayudaban a levantarse cuando creía flaquear.
Todo el tiempo se trataba solo de fingir.
Ya había sido tanto tiempo de intentar estar bien y de improvisar sobre lo que realmente pasaba que, sólo hacia falta VER esos ojos avellana llenarse de lágrimas para saber que algo no andaba del todo bien.
Ocultarlo nunca había sido lo correcto pero apesar de eso, decir la verdad solo empeoraría las cosas.
Una parte de verdad mezclada con mentiras más de 100 veces repetidas, asomaban de su boca cuando explicaba algo de su pasado.
No confiaba, ya no.
De aquella persona en quien pondría toda su vida sólo se obtuvo un gesto de burla y un ádios.
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